Formas de trenzar una soga
José ha comprado una soga tan larga como para hacer un nudo corredero amplio, darle la vuelta en la viga y que vuelva a colgar hasta el suelo. Al llegar a casa, toma un extremo y lo mira con atención. La punta se deshilacha en tres cuerdas más finas, retorcidas sobre sí mismas. Deshace un tramo y descubre que cada una de ellas también está formada por otras tres más delgadas.
Corta medio metro, sujeta bien un extremo, lo divide y trenza despacio los tres cabos, pero de la misma forma en que esta mañana hizo con la larga melena de su hija. Después guarda el resto de la soga en el cobertizo y empieza a cortar a rodajas finas unas patatas. Cuando vuelva del colegio seguirá sin poder abrazar a la madre, pero su niña tendrá una tortilla idéntica a la que ella le hacía.

Relato publicado en la antología del III certamen Rubric de microrrelatos
2 Comentarios
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Qué bonito y tierno a pesar del escenario del relato. Me gustaría saber qué ocurre después de la tortilla. Genial, gracias por este ratito tan profundo.
Qué alegría encontrarte aquí, Jesús. Yo creo que esas trenzas se merecen ser peinadas hasta que José se reencuentre con la alegría de vivir, ¿no? Pero el relato ya es vuestro, a mí me hace feliz tu comentario. Abrazo enorme.